Delia Enriquez, la legisladora que convierte su historia en motor de justicia para los más vulnerables
6/17/20251 min read


La diputada Delia ha emergido como una de las legisladoras más comprometidas de la actual legislatura en Durango. Su labor al frente de temas sensibles y estructurales le ha valido el reconocimiento no solo de sus compañeras y compañeros legisladores, sino también de colectivos sociales que ven en ella una aliada auténtica y coherente con los principios del movimiento que representa.
Desde su posición como diputada local por Morena, ha asumido una de las encomiendas más complejas: hacer visibles las realidades de quienes han sido sistemáticamente excluidos del debate público. Lo ha hecho con congruencia, pues no habla por hablar: muchas de esas luchas también las vivió en carne propia. “Fui víctima de violencia, migración y discriminación. Hoy encabezo estas causas para que otras personas ya no las sufran”, ha expresado en más de una ocasión.
Dentro del Congreso, su liderazgo se ha fortalecido gracias a su participación en comisiones especiales, donde impulsa reformas que garantizan el acceso a la justicia, la inclusión y el respeto a los derechos humanos. Fuera del recinto legislativo, la diputada Delia ha recorrido municipios, colonias y comunidades, acercando el trabajo legislativo a la gente, informando y, sobre todo, escuchando a quienes pocas veces son escuchados.
Como parte de la Cuarta Transformación, su labor ha sido reconocida por la dirigencia nacional de Morena, que le ha encomendado tareas específicas para fortalecer el enfoque de derechos y equidad dentro de la bancada. Su voz, firme y documentada, ha sido clave para frenar retrocesos en temas de género, diversidad sexual y acceso igualitario a los servicios públicos.
La diputada Delia representa una nueva forma de hacer política: una política que no teme al disenso, que reconoce las desigualdades estructurales y que, por encima de todo, pone en el centro a las personas. Su trabajo es un ejemplo de que la lucha por la justicia social no es discurso, sino práctica cotidiana, y que desde el Congreso local también se puede transformar el país.